La piel es el órgano más grande del cuerpo, pues alberga el sentido del tacto. Es la capa externa del organismo y recubre nuestros demás órganos sistemas. Sirve para protegernos de los agentes físicos y posibles infecciones del entorno, sentir frío calor, presión, entre otras muchas sensaciones y regular la temperatura corporal. La piel, también ejerce una función importante desde el punto de vista estético, pues es nuestra carta de presentación, lo primero que ven los demás de nosotros mismos, por eso es necesario llevar un correcto cuidado e higiene. En este post veremos los tipos de piel para así poder elegir y llevar a cabo los cuidados adecuados.
Piel Normal
Es el modelo a seguir y el ideal, no posee imperfecciones y posee la hidratación adecuada. No es muy común y se dice que solo los niños la tienen, por tanto, partiremos de este tipo de cutis para determinar los demás.
Piel Seca
No recibe la humectación necesaria por falta de agua o de grasa y suele estar deshidratada, es más fina que la piel normal y sus poros son finos o imperceptibles. Es opaca, sin brillo. Se siente tirante, y aunque es lisa y aparentemente bonita, tiende a arrugarse con facilidad. Puede presentar escamas o irritaciones si está muy deshidratada. Es más común en personas de edad más avanzada.
Piel Grasa
Es más gruesa que la piel normal, los poros están dilatados y son visibles, suele verse brillosa a causa del sebo. Es común que presente imperfecciones como pústulas, papulas y comedones. Suele estar más hidratada, y por tanto, tiende a arrugarse más tarde. Es más común en pieles de temprana edad (adolescentes y adultos jóvenes).
Piel Mixta
Es cuando se tiene los dos tipos de cutis, normalmente la zona T (Frente, Nariz y Mentón) es grasa, y el resto seco.
No todas las pieles humanas son idénticas a las descritas, debes analizar y decidir a cual se asemeja más la tuya. Puede ser que una piel grasa se encuentre deshidratada por un mantenimiento inadecuado, o que una piel seca esté correctamente hidratada y no luzca opaca, pero su tendencia no deja de ser seca. Los tipos de piel expuestos aquí son sólo los modelos básicos a los cuales tienden a asemejarse todos los cutis.
Piel Sensible
Cualquiera de los prototipos antes descritos puede ser sensible. Esto quiere decir que se irritan o enrojecen con facilidad, tienden a sufrir alergias y por tanto deben llevar un cuidado especial a la hora de manipularlas y utilizar cualquier producto.
La naturaleza del cutis puede ir cambiando con el paso del tiempo, una piel que comenzó siendo normal, puede volverse grasa y más tarde seca, o una piel seca puede tornar en grasa. También una piel que nunca fue sensible puede convertirse en tal. Todo esto es debido a diversos factores tanto biológicos, genéticos, climáticos o por el uso de cosméticos o medicamentos.
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